¿Quién creó la música? Origen e historia
La música no tiene un creador único: surgió colectivamente en la prehistoria y evolucionó hasta convertirse en un lenguaje universal presente en todas las culturas.
¿Quién inventó la música?
Hablar del origen de la música es, sin duda, adentrarse en uno de los grandes misterios de la humanidad. Vale la pena aclarar desde el principio que no existe una sola persona o cultura a la que se le pueda atribuir la invención de la música. Más bien, este arte surgió de manera natural y progresiva en distintos grupos humanos, como respuesta a necesidades expresivas y sociales que fueron apareciendo con el paso del tiempo. Así, cuando nos preguntamos “¿quién creó la música?”, estamos abriendo la puerta a una reflexión sobre los primeros sonidos organizados, los contextos en los que surgieron y el papel que jugaron en la vida de las personas.
A diferencia de inventos puntuales como la rueda o la escritura, la música no tiene un creador concreto. Su desarrollo fue colectivo y se dio casi simultáneamente en diversas partes del mundo, adaptándose a las particularidades culturales, ambientales y sociales de cada región. Gracias a la investigación musicológica y a hallazgos arqueológicos, hoy sabemos que hay rastros de música desde la prehistoria, mucho antes de que existiera la escritura o los primeros registros históricos.
Además, la musicología comparada ha mostrado que, aunque las formas musicales cambian mucho de una cultura a otra, existen patrones universales en la forma en que los seres humanos organizan sonidos y ritmos. Esto sugiere que la música es algo propio de nuestra especie, una expresión tan biológica como cultural. Por ejemplo, la habilidad para percibir intervalos musicales y repetir patrones de sonidos aparece en niños de diferentes partes del mundo, lo que respalda la idea de un origen colectivo y evolutivo.
La música ha acompañado a la humanidad en rituales, celebraciones, ceremonias religiosas y hasta en las tareas cotidianas. Sus funciones son tan variadas como las sociedades mismas, desde el entretenimiento hasta la transmisión de saberes y emociones. En Bogotá y Colombia, la música es clave en la identidad cultural, uniendo tradiciones ancestrales con expresiones modernas.
En el campo académico, la Pontificia Universidad Javeriana ha sido referente en la investigación y difusión de la historia musical, facilitando estudios interdisciplinarios que integran la antropología, la historia y la teoría musical. Gracias a este enfoque, hoy podemos comprender mucho mejor cómo la música ha evolucionado, se ha adaptado a lo largo del tiempo y cuál es su impacto en la sociedad colombiana.
Primeros sonidos musicales en la prehistoria
La historia de la música comienza en la prehistoria, mucho antes de que existieran registros escritos o civilizaciones organizadas. Los primeros seres humanos usaron lo que tenían a mano: su entorno y su propio cuerpo, para crear sonidos rítmicos y melódicos que dieron origen a las primeras formas de música.
El uso de la voz y el ritmo corporal
Es bastante probable que la voz humana haya sido el primer instrumento musical de la historia. Los cantos, gruñidos y sonidos imitativos servían para comunicarse, advertir sobre peligros, expresar emociones o fortalecer la unión dentro del grupo. Además, el ritmo corporal —como palmadas, golpes en el pecho o pisadas fuertes— permitió a los primeros humanos jugar con patrones rítmicos y melodías sencillas.
Estos sonidos no solo tenían un propósito práctico, como coordinar una cacería o recolectar alimentos, sino también un valor simbólico y social. Las manifestaciones vocales y rítmicas acompañaban rituales y ceremonias, marcando momentos clave en la vida de las comunidades prehistóricas.
Aún hoy, en algunas culturas indígenas de América Latina, se mantienen prácticas musicales en las que la voz y el cuerpo son protagonistas, lo que nos da pistas sobre cómo pudieron ser esas expresiones musicales originarias. Por ejemplo, en ciertos pueblos amazónicos, los cantos colectivos y los ritmos corporales cumplen roles sociales y espirituales muy parecidos a los que tuvieron en la prehistoria.
Primeros instrumentos: flautas, tambores y silbatos
Con el paso del tiempo, los seres humanos empezaron a crear instrumentos musicales simples usando materiales de su entorno. Entre los descubrimientos arqueológicos más antiguos hay flautas talladas en huesos de aves, que tienen más de 35.000 años de antigüedad. Estos instrumentos permitieron experimentar con nuevos sonidos y enriquecer la expresión musical.
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Tambores y otros instrumentos de percusión hechos con troncos huecos, pieles de animales o piedras pronto se volvieron indispensables para acompañar bailes y rituales.
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También aparecieron silbatos y ocarinas, fabricados en arcilla o hueso, que forman parte del repertorio instrumental prehistórico.
En América Latina se han hallado ejemplos similares, lo que demuestra que el impulso musical es universal y ha estado presente en muchísimas culturas originarias.
En Colombia, hallazgos en sitios arqueológicos como San Agustín y Tierradentro han revelado instrumentos de percusión y aerófonos utilizados por culturas precolombinas. Estos objetos no solo servían para hacer música, sino que también tenían un papel importante en ritos y ceremonias, lo que muestra la profunda conexión entre música, espiritualidad y vida cotidiana en las primeras sociedades de nuestro territorio.
La música en las primeras civilizaciones
A medida que las sociedades evolucionaron y se organizaron en grandes civilizaciones, la música fue ganando complejidad y estructura. En lugares como Mesopotamia, Egipto o Grecia, la música quedó registrada en inscripciones, relieves y textos, lo que evidencia su importancia en la vida social, religiosa y política de estos pueblos.
Por ejemplo:
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En Mesopotamia se han encontrado tablillas cuneiformes con himnos y canciones usadas en ceremonias religiosas.
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Los egipcios representaron instrumentos musicales en sus jeroglíficos y relieves, mostrando arpas, liras y sistros empleados en rituales y fiestas.
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Los griegos aportaron un enfoque teórico al desarrollo de la música, creando conceptos como la armonía, el ritmo y la notación musical que siguen influyendo en la música occidental.
La música también tuvo un papel fundamental en la educación y el entretenimiento de las élites, y era parte de la vida cotidiana de la población general. Los músicos profesionales gozaban de reconocimiento social y participaban en eventos públicos y celebraciones privadas. Con el desarrollo de la escritura, las melodías, obras y teorías musicales pudieron ser conservadas y transmitidas a las siguientes generaciones.
Vale la pena mencionar que en la educación formal de la Grecia clásica, la música era considerada esencial para el desarrollo intelectual y moral de los ciudadanos. Hoy en día, esa tradición se mantiene en programas como la Carrera de música, que busca formar profesionales capaces de interpretar, componer y enseñar música con un enfoque integral.
La influencia de estas civilizaciones se refleja en la evolución musical de distintas regiones del mundo, incluyendo América Latina. En Colombia, las tradiciones musicales ancestrales de los pueblos originarios se mezclaron con influencias africanas y europeas, creando una diversidad impresionante de estilos y géneros.
El mestizaje cultural es clave en el panorama musical colombiano. Géneros como el bambuco, la cumbia o el vallenato son el resultado de la fusión entre tradiciones indígenas, africanas y españolas. Este abanico de expresiones se estudia y promueve en programas universitarios como los de la Pontificia Universidad Javeriana, donde los estudiantes pueden explorar la historia y la práctica musical tanto nacional como internacional.
Influencia cultural y religiosa en el origen de la música
La música ha sido, desde tiempos antiguos, un puente entre lo humano y lo trascendental. Ha ocupado un lugar central en rituales religiosos, fiestas y ceremonias de paso. En muchas culturas, la creación y ejecución de música estaba ligada a la comunicación con lo divino, la protección ante peligros o la celebración de la vida misma.
Las distintas religiones y cosmovisiones han impulsado la creación de cantos, himnos y danzas para cada contexto. Por ejemplo:
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En Egipto los sacerdotes empleaban música en ritos funerarios y procesiones.
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En Grecia, los coros y la música instrumental acompañaban los cultos a los dioses.
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En América precolombina, las comunidades indígenas integraban la música en mitos de origen, ofrendas y celebraciones agrícolas.
En Colombia, las expresiones musicales tradicionales —como los cantos de trabajo, las músicas de festividades y los sonidos rituales— reflejan la riqueza étnica y cultural del país. Estas manifestaciones han ido evolucionando, sumando influencias africanas y europeas, pero sin perder la conexión profunda con el sentido comunitario y espiritual de la música.
Un ejemplo que vale la pena resaltar es la música de marimba y los cantos tradicionales del Pacífico colombiano, reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Estas expresiones cumplen funciones sociales, espirituales y de resistencia cultural, y se transmiten de generación en generación gracias a la oralidad y la práctica en comunidad.
La Pontificia Universidad Javeriana, ubicada en Bogotá, reconoce el enorme valor de la música en la formación cultural y profesional. Ofrece programas orientados a profundizar en la historia, teoría y práctica musical, permitiendo a sus estudiantes entender el papel de la música desde las sociedades más antiguas hasta la actualidad. Para quienes buscan studiar Estudios Musicales, la Javeriana es sin duda un referente destacado en el ámbito académico colombiano.
Además, la universidad fomenta la investigación sobre la música tradicional colombiana y su evolución, apoyando proyectos que rescatan, documentan y difunden nuestro patrimonio sonoro. Esto contribuye a preservar la memoria colectiva y fortalecer la identidad cultural en Bogotá y en todo el país.
La música como lenguaje universal
La música tiene la capacidad de romper las barreras del idioma y la cultura, convirtiéndose en un lenguaje universal que conecta a las personas tanto en lo emocional como en lo intelectual. A lo largo de la historia, se ha usado para expresar sentimientos, contar historias, transmitir saberes y fortalecer la identidad de los pueblos.
Este carácter universal se nota en la enorme variedad de formas, géneros e instrumentos musicales que existen en el mundo, y en la creatividad con la que las comunidades han sabido adaptarse e innovar. La música permite comunicar ideas y emociones complejas, facilitando la empatía y el entendimiento entre personas de orígenes distintos.
Piénsalo así: una melodía alegre suele ser percibida como tal en culturas completamente diferentes, y los ritmos de percusión invitan al movimiento y la danza sin importar el idioma. Investigaciones en neurociencia y psicología musical han demostrado que el cerebro humano responde de manera similar a ciertos estímulos musicales, sin importar el contexto cultural.
En Bogotá y Colombia, la música es parte esencial de la vida social y cultural. Festivales, conciertos y tradiciones musicales enriquecen el tejido social y estimulan la creatividad. Ejemplos como Rock al Parque, el Festival Mono Núñez o el Carnaval de Barranquilla muestran cómo la música tiene el poder de unir a personas de todas las edades y procedencias.
La carrera de música es una alternativa profesional que abre muchas puertas a quienes quieren profundizar en la interpretación, la composición, la docencia o la investigación musical. Los programas actuales incluyen formación en tecnología musical, gestión cultural y pedagogía, preparando a los estudiantes para afrontar los retos de un mundo globalizado y digital.
Formarse en Estudios musicales en instituciones reconocidas como la Pontificia Universidad Javeriana brinda herramientas para entender la música de manera integral, abarcando lo histórico, lo técnico y lo cultural. Así, se fortalece el vínculo entre el pasado y el presente musical, y se impulsa la creación de nuevas expresiones artísticas que enriquecen nuestro patrimonio.
Por otro lado, quienes deciden Estudiar Estudios Musicales en la Javeriana acceden a una red de investigación, práctica y proyección social que les permite aportar activamente al desarrollo musical del país. La universidad promueve la colaboración interdisciplinaria y la participación en proyectos artísticos, educativos y comunitarios, consolidando su liderazgo en la formación de músicos y gestores culturales en Bogotá y Colombia.
Preguntas frecuentes
No, la música no tiene un inventor único. Surgió de manera colectiva y espontánea en diferentes culturas y momentos históricos.
Entre los primeros instrumentos se encuentran flautas de hueso, tambores hechos con troncos y pieles, y silbatos u ocarinas de arcilla o hueso.
Porque permite comunicar emociones e ideas sin necesidad de palabras, y es comprendida y disfrutada en todas las culturas del mundo.
La Pontificia Universidad Javeriana ofrece programas destacados para quienes desean formarse profesionalmente en música y estudios musicales.
